El pasado Marzo 21 del 2015 fue un día oscuro. Recuerdo despertar y ver la noticia: Falleció El Hijo Del Perro Aguayo. El video circuló todas las redes. Era una lucha para The Crash, en el hogar del Perro, Tijuana. El y Manik (TJ Perkins) contra Rey Mysterio y Xtreme Tiger. Rey lo pone en las cuerdas para el 619 y Perro simplemente cae. Requiriendo atención medica. Pero no fue exitoso.
¿Que pasó? El Dropkick que Rey Mysterio le dio a la espalda de Perro Aguayo resultó ser ese ultimo toque de daño a su columna vertebral que resultó en trauma cervical. Y el rebote contra las cuerdas resultó partirle el cuello.
Yo había comenzado a ver AAA via YouTube en el 2010 y poco despues de comenzar a ver sus episodios semanales, se dio Triplemania XVIII con LA Park vs La Parka II en la lucha estelar por los derechos al nombre “La Parka”. Ahí debutaron Los Perros Del Mal. La popularidad de este grupo podía ser comparado al Bullet Club. Y daban el mismo auge en su tiempo. Hijo Del Perro Aguayo simplemente era uno de los luchadores más carismáticos que había a ese entonces. Y eso siguió por los próximos años. Feudos con El Mesias, Dr. Wagner Jr y Cibernetico.
Es una pena no haberlo visto ganar el Megacampeonato. Y era uno de los luchadores que más me llamaba la atención para esa época. Su actitud, su porte. Su trabajo en el ring. El lo tenia todo. Dave Meltzer lo comparaba a Triple H en su propio apogeo para el 2000. Y si. Concuerdo. Para mi, el era así de increíble. Osea que verlo morir fue desgarrador.
Escuchar esos perros ladrando, seguido por Cartel De Santa y su tema “Perros” era tan animador como cualquiera de las entradas que ves hoy día en WWE o AEW. O hasta mejor. Verlo siempre ser porreado, por más rudo que sea. Y a el no le importaba. El sabia su personaje. Y la gente lo amaba sin importar que cosa desgraciada hacia. Siempre acostumbraba pedirle beso a cualquier fanática en primera fila y sus luchas siempre degeneraban a el solo causar pura destrucción. Pero no importaba. El era El Hijo Del Perro Aguayo. Rush, Pentagon Jr y cualquier otro rudo Mexicano cae corto ante la grandeza de el.
Como el hombre decía: “Dios perdona. Los perros no.”
Aquí una de sus ultimas luchas para AAA: